A raíz de la negociación paritaria llevada a cabo por nuestros representantes ante las cámaras empresarias del sector, los trabajadores y trabajadoras de ATILRA Seccional Villa María, queremos exponer nuestro punto de vista en relación a la oferta empresarial recibida.

En primer lugar consideramos absurda la propuesta realizada tanto por APYMEL como por el CIL, la misma dista mucho, de lo que nos han pagado a cuenta de futuros aumentos las fábricas en las que ejecutamos nuestras tareas, dejando en claro la falta de representatividad de estas entidades, que solo reflejan la propuesta de un grupo minúsculo de empresas lácteas.

Creemos que quienes forman parte de ambas entidades, no han tomado nota que los Trabajadores Lácteos, esenciales en esta pandemia, hemos puesto en juego nuestra salud en defensa de la fuente de trabajo y de la normalidad en la entrega de productos de primera necesidad como los que elaboramos, habiéndose registrado numerosos contagios pese a los recaudos tomados, e incluso hay quienes han perdido la vida para seguir produciendo, en muchos casos volúmenes de producción superiores a épocas normales, con el agregado que los productos no quedaron estoqueados sino que se vendieron en su totalidad, con un aumento en los precios entre un 15% al 25%, sobre los precios del mes de Febrero del corriente año, es decir antes del inicio de la cuarentena a mediados de Marzo/20.

En segundo lugar, el ínfimo aporte ofrecido a nuestra Obra Social, determina la concepción de desigualdad en la atención de la salud, considerada como un costo al que sólo los privilegiados pueden acceder a través de sus onerosas prepagas, en el convencimiento que a los trabajadores y sus familias sólo les corresponde una medicina de segunda que atienda lo mínimo indispensable, y careciendo de todo sentido de ecuanimidad. Nuestra obra social es nuestro orgullo, y representa como nada la posibilidad de atención digna y equitativa para cada uno, reafirmando nuestro derecho al acceso y a la calidad de las prestaciones, como lo ha demostrado en forma permanente.

Por lo tanto exigimos que el aporte de soporte a la OSPIL sea aplicado al total del padrón de los trabajadores de la Industria Láctea y no solo a los afiliados a la Obra Social, ya que ATILRA pone todos los recursos para cubrir el déficit por el alto costo de las prestaciones médicas.

Ocasiones como éstas deberían llamar a la reflexión y a la empatía. Sería bueno que también desde el sector empresario, sobre todo del sector que no se vio perjudicado como otros, se demostrara que hay un reconocimiento a los que sostenemos el difícil momento que atravesamos. En este sentido podemos decir con orgullo que ATILRA solidariamente puso sus centros turísticos, hoteles y camping, a disposición de los Centros de Salud en cada lugar del país en donde están enclavados, al servicio de toda la comunidad, para ser utilizados en caso de ser necesarios.

Observamos con agrado desde nuestros lugares de trabajo como crecen, se tecnifican diariamente las empresas para lograr mayor productividad en cada uno de los puestos de trabajo. No renegamos de las inversiones en busca de mayor eficiencia, solo pretendemos que podamos no ser solo espectadores de ese crecimiento, sino partícipes a través del mejoramiento de nuestra calidad de vida y la de nuestro grupo familiar.

A nuestros Paritarios sabemos que la misión no es fácil, les pedimos que escuchen a las compañeras y compañeros de esta Seccional, que representamos a todos los niveles de empresas, grandes, chicas, medianas, nacionales y multinacionales con distintos niveles de tecnificación, les aseguramos que todas tienen un crecimiento sostenido, es por eso que no dudamos que podemos lograr un mejor acuerdo salarial.

Por todo lo expuesto, de acuerdo a las consultas realizadas a los compañeras, compañeros trabajadores, consultas que han nutrido la base y fundamento del presente comunicado, es que desde esta Seccional Villa María rechazamos enérgicamente la propuesta salarial de las cámaras instando a nuestro Consejo Directivo a poner en práctica las correspondientes medidas de fuerza como constitucional medio para lograr un justo reconocimiento de nuestros derechos.